martes, 21 de diciembre de 2010

Marzo y Abril

Libro recomendado para Marzo.-

 



La frase del mes: Si tienes pareja, ámala sin egoísmo. Y aunque no es el objetivo, ella te dará fuerzas, para sobrellevar los sinsabores que la vida lamentablemente tiene.
 

Veamos un episodio del libro:

Al chapado, le han capado la boina

Chapado: Dicho de una persona: Muy apegada a los hábitos y costumbres de sus mayores.

Capado: Participio del verbo: Capar. Extirpar o inutilizar los órganos genitales. / Disminuir o recortar.

  • -  Hijo, con este frío, llévate al colegio esta boina del abuelo, de esa manera no pasarás frío por la cabeza, y así no te constiparás.
  • -  Pues sí, papá. Aunque esas boinas hace años que a no se llevan, a mí me gustan.

  • -  Ya lo sabía, porque tú estás chapado a la antigua. Eres más antiguo que el abuelo, que ya es decir.

  • -  Y tú, ¿no llevabas boina de joven?

  • -  Si, pero como se me caía el pelo, dejé de llevarla.

  • -  Por eso, y porque a mamá no le gustabas con boina.

  • -  Las dos cosas. Pero reconozco, que cuando hace frío es práctica.

  • -  Bueno papa, me voy que se me hace tarde.

  • -  Muy bien adiós.

    Se fue al colegio con la boina negra, nueva como si la estrenase, y a la vuelta a casa:

  • -  Hola papá. ¿Dónde está mamá?

  • -  En la cocina ¿por qué?

  • -  Nada. Porque quiero que me cosa una cosa.

  • -  Uy, uy. A ti te pasa algo.

  • -  Nada, nada.

  • -  Nada no. ¿Qué es?

  • -  Que me han capado.

  • -  ¿Qué te han capado? Imposible, estarías en el hospital.

  • -  No, amíno, a la boina.

     ¿Con h o sin h?

  • -  Ah, que te han cortado el rabito que tiene la boina arriba en el centro.

  • -  Si, Eso.

  • -  Pero, si tú eres un profesor. Y se supone que entre vosotros hay un respeto.

  • -  Eso creía yo también. Pero los compañeros al ver que llevaba una boina nueva, con un rabito tieso en lo alto, dijeron: ¡Boina nueva. Al capado! Y, todos se me echaron encima para quitarme la boina, y lo consiguieron

  • -  Ya se ve, que sois como críos. Mejor dicho, son, porque tú estás chapado a la antigua y mantienes un respeto por los demás.

  • -  En fin. Le pediré a mamá que me cosa el agujerito que me ha ocasionado el capado.

  • -  Pero a ver como se lo dices, no empieces diciéndole que te ha capado ... Se preocupará. Dile mejor: ¿Te acuerdes de la boina que me comprasteis? Pues el pitorro de arriba, ya no está.

  • -  Jo. Que difícil resulta todo. No si al final voy a tener que dejar la boina en casa.

  • -  Mira, haz lo que quieras. Pero si estás con nosotros ya con cuarenta años, habrás de soportar nuestras normas.

  • -  Vale, vale. Cuando me toque el gordo de la lotería, me compraré un piso, y me iré.

  • -  ¿Lotería? Pero si solo compras un décimo de 6 euros. Aun que te toque el primer premio, no tienes para comprarte un piso.

  • -  Bueno, venga. Mamá, ¿sabes de aquella boina negra que tenía

    un rabito arriba? Pues ya no lo tiene.

  • -  Y eso hijo ¿Qué le ha pasado?

  • -  Pues que me la han capado.

  • -  ¿Capado?

  • -  No. Chapado. Que le he puesto una chapa para que no se me

    perdiera, y al quitársela se le ha caído el rabito.

  • -  Anda ya, embustero. Que lo he oído todo, que te la han capado.

  • -  Jo, mamá, que no se te escapa una. 




Libro recomendado para Abril.-

 

 
La frase del mes: ¡Siente la ilusión por hacer algo que te guste!, y si no la tienes, búscala. Una persona sin ilusiones es una persona muerta aunque no lo esté físicamente.

Veamos un episodio del libro:

¡Vaya con la basura!

 Me supongo que nadie se sentarán aquí, pues el olor de la basura, hará insoportable estar ni un minuto. Veamos pues.

  • -  Me sentaré aquí un momento, pues no puedo más.

  • -  Hombre, no es para tanto. ¿Porqué no nos sentamos en aquel otro banco?. Aquí huele que apesta.

  • -  Luego, espera que me recupere, pues tengo los pies molidos de tanto que hemos andado.

  • -  Bueeeeno.

  • -  Pero tu te has dado cuenta de las vueltas que hemos dado para conseguir zapatos del 34.

  • -  Dímelo a mí que he ido contigo y veía como en ninguna zapatería había. Y eso que hemos entrado a casi todas las de la ciudad.

  •  -  Tu te crees que hay derecho a eso. En todas nos decían lo mismo: “ya no fabrican del 34 pues a las fábricas de zapatos no les trae cuenta hacer números tan pequeños”.

  • -  Puñeta, que los pongan más caros si conviene, pero los que tenemos los pies pequeños ¿qué hacemos?

  • -  Neeene. ¡Ten cuidado que casi nos das con la bolsa de la basura!

  • -  Te has dado cuenta, que mal criado, pues ni siquiera ha pedido perdón.

  • -  ¿Perdón?, eso es lo de menos. Mira donde ha dejado la bolsa de la basura de plásticos para reciclar.

  • -  ¿Dónde?. Ya lo veo, en uno de los agujeros del contenedor. Y los que vengan detrás ¿por dónde los meten si otro niñato hace lo mismo en la otra boca?

  • -  No solo son los jóvenes los inconscientes, también los mayores. Que hacen lo mismo, o si lo hacen sus hijos no le recriminan el mal obrar.

  • -  Pero, sabes que al hablar de jóvenes me ha venido una idea para eso de los zapatos pequeños.

  • -  ¿Cuál?

  • -  Pues que si no encuentras zapatos de tu número, tienes la solución en ir a por calzado a zapaterías para niños y jóvenes.

  • -  Pues tienes razón. Aunque el día de mañana vayan a calzar un 43, todos han de pasar por una edad que calcen un 34.

  • -  Mira a ver como te va esa solución.

  • -  Pues sí. Pero otro día, pues hoy estoy cansadísimo.

  • -  Bien. Y si quieres que te acompañe, dímelo.

    Pues yo no soporto el hedor, me voy a otro banco. Pero bien pensado, todavía hemos de estar contentos de que haya contenedores de basura con solo una boca libre, pues en más de una ocasión, gente sin escrúpulos le prenden fuego a los contenedores. 

  • ¡Madre del amor hermoso!