martes, 21 de diciembre de 2010

Mayo y Junio

Libro recomendado para Mayo.-


 
La frase del mes: ¿Por qué tengo yo que tener de todo y otros tan poco o nada?


Alguna frase y un episodio del libro podemos ver, así: 


-       Mirad, si el trabajador no está motivado en su trabajo, y no sólo en temas de seguridad, es un esfuerzo baldío lo que se haga en información y formación. Todo aquello que le digas, le entrará por un oído y le saldrá por el otro.

-       Si has conseguido motivarlo y concienciarle en seguridad, lo siguiente que hay que hacer es darle información sobre temas de prevención. Seguidamente, formarlo en la teoría y la práctica, incluyendo de vez en cuando algún simulacro de emergencia. Pero, hasta ahora, esos tres conceptos no cuestan apenas dinero, o muy poco comparado con el cuarto punto: los medios. Eso incluye no sólo las prendas de protección personal y colectiva, sino el tener las instalaciones en buen estado, ¡ah!, y eso ya es otro capítulo.

-       Tened en cuenta que el fallo de muchas empresas es que hablan mucho de seguridad pero cuando llega el momento de revisar el estado de las instalaciones y bajar los riesgos en los puestos de trabajo no hacen los esfuerzos que deben, y de eso se da cuenta el trabajador. Tú no puedes decir una cosa y luego hacer otra, perderías la credibilidad y eso es lo que nunca hay que perder.

-       Oye, pero, ¿quién define qué motivación, información, formación y medios hay que proporcionar?

 En cuanto a uno de los refranes:

Ara con niños, y segarás cardillos

No es la mejor solución para bajar gastos encomendar los trabajos a personal incompetente.

Reducir gastos es importante es para el empresario, pero muchas veces cree que es la única solución, cuando los mayores beneficios se obtienen aumentando ventas, lo que no significa que haya que derrochar.

Sin embargo, algunos, obstinadamente se empeñan en bajar costos a base de encomendar  trabajos a personal inexperto, y eso a lo que le lleva es a tener accidentes, a perder calidad e, incluso, a un mayor gasto por emplear más tiempo de lo que tardaría un obrero experto.

Así, pues, exigir que tenga formación suficiente el personal de contrata es básico y necesario, si bien los conocimientos sobre los riesgos específicos en la empresa contratante no son delegables, han de impartirlos la empresa que contrata, ya que es quien mejor los conoce.

-       Araceli, ya no me llevo más los niños al campo.
-       Pues aquí no los dejes, que cuando no hay escuela me ponen la casa manga por hombro.
-       Si, pero peor es lo que me hicieron ayer en la era, metieron una lagartija en el botijo después de echarle media botella de aguardiente y se la dieron a beber a Marcelino.
-       ¿Y qué pasó?
-       Pues nada, que cogió la hoz y segó el trigo, la avena, los cardillos y, si no ando listo, las habas.
-       Pues ya sabes qué es lo que te conviene beber, que ya llevas más de tres gatillazos seguidos.



Libro recomendado para Junio

 
La frase del mes: ¿Me merezco yo estar sano, con medios económicos suficientes y sentirme amado? He de tener en cuenta de que, hay personas muchos mejores que yo y lo pasan mal.


 Algunos apuntes del método nos dicen:

Hemos leído problemas, toma de decisiones y  problemas potenciales dentro de las explicaciones de los pasajes de un cuento, pero aunque en tono de humor, nos da una pincelada de qué trata el libro y de por dónde van las cosas. Efectivamente, aunque trataré de dar unas pautas para analizar problemas, arrastraremos continuamente las tomas de decisiones, unas veces porque las confundimos con los problemas y otras porque una vez conocida la causa, ya no hay problema, pero aparece la toma de decisión para poner en práctica la solución y así erradicar el problema.

Así que iniciemos la enseñanza diferenciando lo que es problema, desde nuestro punto de vista para el análisis, de lo que son otros tipos de problemas. Veamos algunos ejemplos que nos ayuden a diferenciar unos de otros, si bien en todos los casos pudiéramos decir que estamos ante un problema:

1)    Un tren que sale desde Tarragona y se dirige a Córdoba, que está a una distancia de 850 km., va a una velocidad media de 100 km/h, y otro lo hace en sentido contrario a 130 km/h también de velocidad  media. ¿Dónde se encontrarán si salen al mismo tiempo?

2)    A Juan le duele el estómago desde hace un mes y no sabe por qué.

3)    Desde que se cambió el ácido sulfúrico por ácido clorhídrico, las tuberías de entrada al neutralizador se perforan frecuentemente. 
4)    Mi mujer mantenía frecuentes conversaciones conmigo y ahora ya no lo hace.

El primer caso, los trenes que van en sentido contrario y han de encontrarse en no se sabe qué lugar, es un problema puramente matemático o físico y su solución ha de encontrarse por métodos técnicos.

Los otros tres casos son problemas apropiados para encontrar las soluciones por el método que nos ocupa. De todos modos a veces creemos que tenemos un problema y en realidad se trata de una toma de decisión.
  
¿Cuál es entonces la diferencia entre problema y toma de decisión? Definamos como problema: Situación diferente a la esperada y no deseada, motivada por una o varias circunstancias o causas desconocidas. Y por toma de decisión:   La acción a adoptar para eliminar la causa o causas conocidas que dieron origen a la situación diferente de lo esperada y no deseada.

En muchas ocasiones podemos creer que estamos ante un solo problema y en realidad es lo que llamamos un enjambre de problemas y tomas de decisiones mezcladas. En este caso habremos de segregar las tomas de decisiones y analizar problema por problema separadamente.
 Aunque el método de análisis es uno, no siempre la forma de actuar es la misma por todos aquellos que se ponen ante el problema a resolver. Así hay entre muchos tipos de personas diferentes, las intuitivas, otras que se basan mucho en su experiencia, otras indecisas y otras testarudas que se cierran en su opinión no y ven otra cosa.

Aquellas que están entre las intuitivas, se les conoce porque en alguna ocasión del proceso de análisis se les oye decir “me da la corazonada de que la causa del problema es..... , mira que te digo”.
 Si formamos grupo con alguno que se considera como experimentado, le oiremos decir “ya me pasó en una ocasión un problema igual, y la causa fue ....”.
 Cuando estemos con un indeciso, si nos controlamos los nervios, no faltará el oír aquello de “lo más probable es que sea ...., pero igual también puede ser ...., en fin no sé”.
 Finalmente, no olvidemos a los testarudos, como crean que están ante la verdadera causa, prepararos para escuchar  “dejaros de tonterías, dos más dos son cuatro, y aquí es igual, no hay otra causa que origina el problema que...”.

Un ejemplo es:
:

·     Todas las bombas centrífugas pierden por el cierre
  
Se trata de otro problema real. Cuando digo “bombas”, me refiero a bombas centrífugas para vehicular líquidos. Siendo éstas, concretamente, las que recogen los disolventes del fondo y mitad de las columnas de destilación de una nueva planta, por entonces, para la fabricación de disolventes.

Esas bombas fabricadas en la década de los sesenta tenían como novedad, al menos para nosotros, de que el dispositivo que impedía que el líquido trasegado saliera al exterior fuese un cierre mecánico. Esto suponía un avance técnico frente al clásico entonces de empaquetadura de asbesto, ya que no gotearía nada de líquido de las bombas, o sea que no perderían.

Aquellas bombas fueron adquiridas con serias exigencias de calidad, incluyendo como es natural certificados de prueba, ensayos que se hicieron en el banco de pruebas del fabricante. Cosa que efectuó con resultado satisfactorio como pudimos comprobar por los documentos recibidos en su momento.

Cuando la obra civil estaba terminada en su mayor parte, fueron llegando como así estaba planificado, los equipos que compondrían la instalación. Unos terminados y listos para su entrada en servicio y otros tal como salieron de la calderería, preparados para ser pintados.

Ese pintado, al que sometimos a las columnas de destilación al igual que otros equipos, se efectuó conforme con las especificaciones más rigurosas para pintura, las cuales incluían un chorreado con arena según normas suecas a un grado apropiado (2 ½) para impedir que la pintura se desprendiera incluso a largo plazo.

Una vez pintadas y sopladas con aire a presión para eliminar el resto de arena usada en el chorreado, las colocamos en su ubicación y fuimos conectando equipos según el programa previsto. Aunque no todas las conexiones estaban expeditas, algunas de ellas por seguridad disponían de un disco ciego para evitar la entrada de cuerpos extraños.

Quisimos poner en circuito cerrado, en las pruebas en frío, un disolvente limpio que reciclado diera vueltas en cada una de las columnas de destilación, para comprobar el buen funcionamiento de esa sección de la planta. Así lo hicimos y cuál fue nuestra sorpresa al ver que todos y cada uno de los cierres de las bombas perdían líquido. El mismo líquido que entrando por cabeza de la columna, lo aspiraba la bomba por su base y lo devolvía a la cabeza.

Ése era el problema: “Las nuevas bombas centrífugas, perdían por su cierre mecánico”.

No hace falta poner en marcha el método analítico tal como vimos en el primer caso. Es muy sencillo determinar la causa del problema y no merece la pena, pero sí aplicar la misma técnica para que nos sirva de práctica.

¿Qué es problema?: Pérdida de líquido al exterior.

¿Qué no es problema?: Rotura del cuerpo, eje o rodete de las bombas

¿Dónde es problema?: 1) Por el cierre mecánico, 2) en la fábrica.

¿Dónde no es problema?: 1) Por otra parte distinta del cierre mecánico, 2) en el taller del fabricante.

¿Cuándo es problema?: Al poner en marcha por primera vez en la fábrica.

¿Cuándo no es problema?: En las pruebas en el taller.

¿Cuánto es problema?: No significativo, pues no ha de perder nada.

¿Cuánto no es problema?: No significativo, pues no ha de perder nada.

Lo que distingue el cuándo es del cuándo no es, así como las preguntas del dónde es  del dónde no es, es que:

Y lo confirmarían las preguntas de qué se hace, es y hay diferente, desde que ... hay problema.

Así que consideramos:

a)    El líquido vehiculado era disolvente cuando perdía y agua cuando no perdía.

b)    El líquido provenía de las columnas de destilación en vez del depósito del equipo de pruebas.

Que la causa fuese el disolvente la descartamos de inmediato, los materiales eran los apropiados. Y aunque no lo fuesen, no podían durar tan poco tiempo.

Por consiguiente sólo nos quedaba pensar en que las columnas de destilación tuviesen algún elemento o material que ocasionara el daño en los cierres mecánicos y su consecuente pérdida de líquido.

Desmontada la primera bomba vimos que el cierre había sufrido abrasión y ésta no podía provenir de otro sitio que no fuese de las columnas de destilación.


¿Qué sucedió? Los platos de las columnas contenían un gran número de válvulas cada uno de ellos, y el soplado con aire no fue lo suficientemente eficaz como para desalojar todo el polvo  acumulado en el chorreo de arena.


¿Qué se hizo mal? No colocar protecciones en cada una de las tubuladuras de las columnas que impidiesen que entrara polvo en su interior y no colocar un filtro muy tupido en la aspiración de cada bomba, para retener cualquier partícula sólida que pudiese llegar.

La novatada del uso de la nueva tecnología, la pagamos. Aprendimos, y no volvió a ocurrir.

El fabricante de las bombas estuvo al corriente de todo lo sucedido. ¿Aprendió también y evito con sus recomendaciones que eso les pasase a otros clientes? Eso ya no lo sabemos.